miércoles, 18 de septiembre de 2013

La orden de los bañeros de Pehuen Core (conclusión)


                                               (Reproducir la siguiente canción para una lectura más acorde)


Habiendo terminado con la amenaza de una manera tan sencilla, dudé frente a la idea de acercarme. Pero luego pensé que semejante heroísmo debería inspirar valor antes que terror, así que mediante una breve votación decidimos bajar para hablar con nuestros salvadores.
Aquel cuyas patillas estaban tan cargadas de autoridad como el bigote de un militar de alto rango, permanecía con un vapor anaranjado a su alrededor, al igual que en sus ojos, pero se esfumó una vez que nos aproximamos, para ser reemplazado por una sonrisa autoritaria que dominó su rostro.
-Han sido valientes al permanecer hasta último momento, eso es algo que nuestra orden aprecia- Dijo, con una voz digna de locutor de radio. Nosotros simplemente nos limitamos a una ligera sonrisa e inclinar la cabeza tímidamente hacia un costado, para no interrumpirlo. Sólo cuando el silencio se tornó un poco incómodo, mi amigo el Doctor H atinó a preguntar -¿Qué eran exactamente esos seres que emergieron del estrepitoso mar el día de la fecha?-. Observando a sus compañeros en una pose que le daba un aire de superioridad, el líder de las imponentes patillas respondió: -Hoy a la tarde recibimos una llamada del puerto notificando que un submarino nuclear se había estrellado en las proximidades de este, nuestro balneario.- Se acomodó el rizado cabello para quitarlo de su frente y continuó – A pesar de que en un primer momento intenté parecer despreocupado, sentí un pequeño temblor en mis patillas, un temblor que no debía ser ignorado. Entonces comencé a cuestionar la causa del hundimiento de este submarino y fue en ese momento que mis patillas se erizaron como lo hacen los gatos al alarmarse, advirtiendo el inminente peligro-. Una gaviota se posó en su hombro, modificó su pose heroica ahora enfrentado al sol, para luego continuar:
-No sé si ustedes están informados de la historia del “Barco Hundido” aquí en Pehuen Co-. Debido a que frecuento este balneario desde que tengo memoria, estaba familiarizado con dicha historia. No podía dejar pasar esta situación idónea para hacerme el erudito en el tema, de esta manera, respondí: -Sucede que si, conocemos que se trata de un barco de mercaderes del siglo XIX/XX que encalló en la costa cercana en su camino al puerto de Bahía Blanca y que su nombre es erróneo dado que en realidad el barco no se encuentra hundido, sino encallado-. Una vez que concluyó mi oportunidad de ostentar los conocimientos, continuó aquel representante de esta orden: -Entonces asumo que conocen el motivo por el que encalló, aquel otro naufragio que lo distrajo del camino- mientras me rascaba la cabeza atiné a responder un -Eeehh…- que dejaba en claro cuánto había profundizado en el tema, en un intento por ganar una pausa y, con el tiempo en mi favor, recordar aquel evento para conservar la erudición. –Aquel barco del Siglo XVI que transportaba al afamado practicante de artes arcanas y oscuras, uno de los acólitos de esas religiones olvidadas y prohibidas por sus consecuencias. Estoy hablando de Jean Claude Courier, quien viajaba a bordo con destino a las Américas para convivir con los “salvajes”, si se me permite utilizar la terminología de aquel entonces, y dejar que ellos decidan su destino. Según cuentan los registros de un superviviente, una tormenta inesperada sacudió el barco y este se hundió en un espiral del que emergía una inesperada fuente de luz. Un único tripulante sobrevivió, simplemente porque el prisionero esoterista le advirtió  con una semana de anticipación. Luego de confesar lo acontecido en una capilla cerca de lo que hoy son las Islas Maciel, se suicidó-. Como si estuviese de acuerdo con lo que decía el líder, la gaviota que posaba sobre su hombro emitió un sonido –Afortunadamente el cura que lo atendió decidió registrar las palabras de este hombre, según esos documentos aquella tormenta era un agujero en el tiempo que el ocultista había creado. La embarcación en la que se encontraban viajaría por un mar sin fin en un lugar donde deambularían hasta que una energía superior a la utilizada en un primer momento para abrir la puerta a este universo paralelo, se manifieste en las proximidades del plano terrestre. Hasta que esto sucediera, el ocultista se alimentaría de la fuerza vital de los marineros y los transformaría, a través de un lento proceso, en sus leales súbditos-.
Aprovechando que nadie lo interrumpiría, dado que nuestras expresiones de sorpresa eran dignos de estar representados en un monumento al centro de una plaza, inhaló el aire cálido proveniente del océano, para proseguir –Dado que la energía atómica es considerablemente poderosa, decidimos chequear que todo esté en orden-, -¿Y el barco hundido dónde entra?- se atrevió a desafiar la compañera sentimental del doctor H. Con un súbito despertar del viento marino que extendió sobre nosotros el aroma de la sal, una sensación que pondría los pelos de punta a cualquiera que tenga el colesterol alto, con los últimos rayos del Sol, que se escondía a los lejos, nos respondió –El “Barco Hundido” tuvo la mala suerte de pasar justo por encima del lugar donde, años atrás, se abrió este vórtice, lo que provocó trastornos en todos sus tripulantes, convenciéndolos de que la mejor idea era estrellarse contra la costa y, en caso de sobrevivir, formar una banda que se llame “Tan Biónica”-, -Eso lo explica todo- dije, habiendo satisfecho mi curiosidad. – Ahora bien, acuérdense de agregarnos en Facebook, no arrojar basura en la playa ni hacer fogatas. Espero, nos veamos pronto, ciudadanos. ¡Adiós, besi, nos venom!-
En ese momento los bañeros montaron sus torpedos anaranjados y se retiraron enfrentando al Sol, concluyendo lo que fue la puesta de Sol más larga, heroica y bella de mi vida.

Crv.

No hay comentarios:

Publicar un comentario