martes, 26 de marzo de 2013

Sobre como conocí a Hugo, el humano.


Tengo un amigo llamado Hugo, quien lo único que tiene que ver con el aventurero duende cornudo que vivía siendo manipulado por los botones de un teléfono, dependiendo de la agilidad motriz y mental de aquel que lo controlaba para salvar a su familia, además del nombre, es el cabello rizado. Hay una historia más interesante sobre el individuo de dudosa taxonomía que aparecía en magic kids, de hecho, la misma intenta explicar su origen y propósito, pero esa es una historia para otro momento. Ahora les contaré la historia, de como conocí a Hugo (el humano).
Allá por el 2010 cuando recién me iniciaba en las artes de la manipulación de materia fecal a través del animatismo, cuando mis cabellos eran largos y mi futuro incierto. Por aquellos días en los que el concepto de "tiempo futuro" se limitaba, en su período más extenso, a esa misma noche. Fue durante esos momentos de libre albedrío cuando un amigo me comentó sobre un conocido suyo que tocaba la guitarra y contaba entre sus composiciones con una versión propia del opening de los Power Rangers. El niño que todavía circulaba latente en mi interior, antes de morir trágicamente bajo una suerte de combustión espontánea por responsabilidades, obligaciones y tareas que iban más allá de su comprensión, se emocionó al punto de corear a puro pulmón el estribillo de dicha canción. Ese momento quedó plasmado en mi memoria, a pesar de que la misma estaba sufriendo constantes remodelaciones y aquel individuo pasó a ser un héroe  místico del que ansiaba ser testigo. Los días pasaron, recuerdo, tan ágiles y veloces que en cierto momento dude de haberlos vivido y, de no haber sido por consecuencias de acciones provocadas en esos días, definitivamente hubiese explicado todo con la introducción de mi organismo en una cámara criogénica.
Sentí muy egoísta de mi parte conservar tan bella anécdota sólo para mi accidentada memoria, por ello fue transmitida a casi todas las personas con las que socializé por más de media hora durante aquellos días posteriores al evento. De esta manera Hugo pasó a ser, no solo mi salvador de la música, sino el de mis amigos cercanos también, todos ansiábamos tener una copia de aquel CD donde quedaron plasmadas tantas melodías que podrían inducirlo a uno en un suicidio nostálgico.
Tiempo después, durante una cálida noche de otoño, aunque con un viento particularmente fuerte, creo recordar, en la que nos encontrábamos tomando unos tragos de dudosa consistencia (probablemente por ello era cálida) dentro de la residencia del amigo Nolman O' Fdachunz, conocido por algunos como "Doctor H", riendo y tratando de que no sea otro suceso que pase por los agujeros de la memoria hacia el vacío. Cuando de pronto el reconocido Balon Magslaps se asoma desde el patio para anunciar, en un tono que podría ser malinterpretado como por uno de las peores imitaciones de  un nativo americano, anunció: -Shhe, están haciendo temas dfe nigrvana y todo eso acá al lado-.
Mientras tanto, en otra parte del mundo, una alarma sonaba. Pero no una de esas alarmas convencionales de las que estamos acostumbrados a oír cotidianamente viviendo en la ciudad, se trataba de una alarma muy particular que sonaba en ocasiones muy específicas. Era una alarma muy poco conocida por el público en general, una alarma cuya intención no le sería sugerida a cualquiera que la escuche sin conocimientos previos, aún así, no se que sería de todos nosotros si la humanidad estuviese privada de la misma. Aquella llamada de atención particular se trataba de la alarma de Jerry Cantrell que sonaba en su base de operaciones y le alertaba al músico que en una parte del mundo se encontraban tocando una de sus canciones. Cuando esto sucedía, inmediatamente se desplegaba un jet caza que era piloteado por un humano de condiciones físicas similares a las del mencionado guitarrista, con la intención de que el mismo aparezca repentinamente en aquel lugar donde las canciones eran ejecutadas y los deleite a todos los presentes con un espectáculo sin precedentes, totalmente inesperado y de magnitudes colosales, gracias al aporte financiero del CEO de Codimat. Como si de un inminente conflicto bélico se tratase, un jet caza salió desde California con destino a Bahía Blanca para desplegarse sobre la calle Thompson entre el 300 y el 400.
En el momento que escuche las palabras de Balon Magslaps, decidí que no podía dejar pasar una oportunidad tan peculiar, no quería iniciar una guerra civil conmigo mismo en tiempos futuros debido al arrepentimiento de no haberme hecho presente para aquella situación. Con la firme idea en la cabeza, tomé la guitarra que allí se encontraba tendida más como una pieza del mobiliario que como un instrumento musical, sin el permiso de su respectivo dueño, y mientras sostenía mi más impactante postura gloriosa, anuncié: -Voy hacia allí-. Una vez que crucé el umbral de la puerta para estar en el patio, en camino hacia lo del vecino, noté y recordé que había un viento llamativo aunque nada extraño para ser Bahía Blanca, el lugar donde Eos viene cotidianamente a descargar su ira, problemas, histerias, caprichos y demás. También noté que al lado se encontraban cantando "The Rooster" de Alice in Chains.
El cielo se encontraba parcialmente nublado en un territorio totalmente desconocido para Jorg Lyell, el enviado por Jerry Cantrell para hacer alarde de su parecido físico y de su capacidad para interpretar canciones del autor mencionado. Afortunadamente, sus horas frente a un simulador de vuelo tan efectivo como el Flight Simulator 2002, donde ejercía tanto el papel de torre de control como el de piloto, le fueron suficientes como para que la presencia de nubes sea un dato irrelevante, además contaba con un avión totalmente equipado con relojes de presición atómica que habían sido adquiridos en "Don Miguel, es la hora de hacer un cambio, los mejores relojes del sudoeste asiático" y  con materiales de alta fidelidad cortesía de "Codimat, materiales para su construcción" además de la asistencia de un taladro de alta fidelidad, aportado por "Taladros Marcelo" . Una vez que su GPS le indicó el lugar exacto, apretó aquel botón que lo dejaba solo a pocos pasos de completar la acción más importante de su vida, para lo que había sido entrenado durante tantos años y finalmente seleccionado, esta era su oportunidad y no la iba a desaprovechar. Una vez eyectado de la cabina dejó al majestuoso avión a su suerte y comenzó su decenso en paracaídas, con una asegurada presición, tan certero estaba de su exactitud que se limitó a relajarse con los ojos cerrados pensando su repertorio mientras descendía con el paracaídas. Pero hay algo que la armada de Jerry Cantrell desconoce, son los imprevistos. Bueno, eso y el secreto para que no se queme la cebolla reahogada, el cual fue investigado durante milenios por los patobicas del club Universitario, pero esa es una historia para otro momento. En esta ocasión, el viento fue un imprevisto, lamentablemente para Jorg, un imprevisto que le costaría su vida, ya que una ligera corriente bastó para desviarlo unos pocos metros de su rumbo y terminar empalado en una torre de radio de un edificio cercano. Dado que un riñón de los enviados por Jerry Cantrell es reemplazado con una glándula artificial de canciones de Alice in Chains la radio 142.10 mejor conocida como "La punto diez" estuvo una semana involuntariamente transmitiendo temas de dicha banda hasta que se dieron cuenta que el problema era un sujeto muy parecido a Jerry Cantrell atascado en la antena principal. Lamentablemente para los operadores encargados de remover el cadáver, una semana es el tiempo de vida restante luego de cumplir el acto más importante de sus vidas para los enviados del caucásico guitarrista. De esta manera, mientras lo cortaban de a poco para quitarlo cuidadosamente, su cuerpo estalló destruyendo la antena y, al mismo tiempo, haciéndole un favor a los habitantes de la ciudad.
Mientras los presentes en lo de Nolman O' Fdachunz se reían por aquella inesperada reacción realizada al enterarme que estaban tocando canciones que adoro, me dirigía a punto de golpear la puerta para unirme con una guitarra que no era mía. Poco antes de golpear me detuve al escuchar una suerte de quejido, pero el magnetismo producido por los acordes de Alice in Chains eran más fuertes que cualquier distracción de poca importancia como aquella.
Obedeciendo a un impulso repentino, desafiándome a mi mismo y mis constantes acciones reprimidas por la timidez, golpee la puerta y una vez que se abrió me presenté de la siguiente manera: "-¿Qué tal? me encontraba aquí al lado y no pude evitar escuchar el fantástico repertorio que estaban ejecutando, decidí tomar la guitarra y, si no les molesta, pedir permiso para unirme-".
 Para ser recibido con un: -"¡¡¡¡NOOOOO, BOLUDOOO!! ESTÁBAMOS TOCANDO ALICE IN CHAINS Y APARECIÓ UN CHABÓN IGUAL A JERRY CANTRELL CON UNA GUITARRA LASJKFKLJWALMKF"
Luego de un rato me retiré, sintiendo que había logrado superar un obstáculo en mi vida, aunque se trataba de algo tan único y particular como la alineación de estrellas con formas fálicas. El resto de la noche continuó y gran parte de ella se filtró por los agujeros de la memoria, pero ese período de tiempo narrado anteriormente era demasiado grande como para escapar por las fisuras mentales.
Un tiempo después, conversando con Nolman me comentó que unos días atrás se había juntado con el vecino, llamado Hugo, y que este último le preguntó si se había enterado de la muerte de Seth Putnam, el cantante de Anal Cunt. De pronto los cabos comenzaron a atarse, las coincidencias pasaron a ser sospechosas coincidencias, poco a poco se fue cerrando todo y, a pesar de que estaba casi seguro de la formulación final, pregunté para estar seguro de ello: "-¿Acaso este Hugo, tu vecino, es oriundo de Villa Regina?-" a lo que Nolman respondió "- Si, lo es. ¿Por..-" pero antes de que llegara a terminar su respuesta lo interrumpí muy brusca y desubicadamente con un "-¡¡¡¡¡¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOO, BOLUDOOOO, ESTUVE TOCANDO LA GUITARRA CON HUGO, HUGO DE LOS POWER RANGERS!!!!!!-"
A pesar de que parece todo inventado, hay partes de este relato que verdaderamente ocurrieron y son casi totalmente fieles a la realidad presente en aquel momento, calculo que podrán adivinar por ustedes mismos que fragmentos de la historia son ficción y que otros son historias verídicas. Calculo, también, que podrán notar la presencia de pequeñas publicidades, aunque son muy modestas, tal vez las noten incluso porque lo menciono ahora. En fin, esa es la historia de como conocí a Hugo, el humano...de los Power Rangers.




                                                  Taladros Marcelo, agujeros de alta fidelidad.
Caver.