martes, 8 de julio de 2025

La Mortadela (mortaja) de Cronenberg

 Con ese nombre parece que estamos hablando de la película que dan en Canal 9 el sábado a las 4 de la tarde, pero es simplemente una traducción literal del título original The Shrouds, la última película de David Cronenberg. 
Si están de acuerdo con alimentar la creatividad con las emociones que transitamos, hacer catarsis con una obra, entonces podrán darle el visto bueno a este tributo que David le hace a su difunta esposa.
En la trama tenemos al tipo de Le Haine (Vincent Cassel) que es una suerte de Elon Musk pero su empresa es una mortaja (la vestidura que se les pone a los muertos para enterrarlos) que está conectada a una cámara y les permite ver a sus allegados el proceso de descomposición desde una pantalla que está en la tumba. Sí, suena horrible y disparatado, pero no voy a olvidar jamás cuando vi Antiviral, la película debut del hijo de David Conenberg, que ilustraba un mundo donde se vendían las enfermedades de las celebridades. En ese momento (2013-14?) me pareció muy disparatado, ¿Quién mierda iba a querer padecer algo semejante? Con los años vinieron los influencers y bueno, todo tenía mucho más sentido.
Entonces no me parece tan descabellado que nuestra manera de vincularnos a través de redes sociales, dicho así nomás pero para ir al grano, termine dando coherencia a esta propuesta: en un intento por aferrarnos a la idea que nuestros seres queridos aún permanecen, vamos al cementerio para ver su descomposición en pantalla. Ah el dato de color es que no sólo hay que ir al cementerio, también podemos verlo por una app desde nuestros dispositivos. 
Todo esto me parece una provocación hermosa de Cronenberg padre hacia nuestra dependencia de las apps. Como dijo Rebord hace poco "el celular es un vacío que ni siquiera tiene la cortesía de devolverte la mirada". En este sentido algo que valoro muchísimo de cualquier producción/creación/manifestación artística es que tenga una provocación. Es una manera de mover los pensamientos. Quizá lo que podemos decir de la peli a modo de reseña no lo haga, quizá la experiencia de verla tampoco. Pero ver a esta gente haciendo un negocio tan por la cara con la muerte, verlos en su expresión más superficial de un episodio tan trascendental, seguramente haga que tomemos una distancia para pensar nuestro lugar allí.
Juega con otras cosas también pero me parecía loable poner humanos con un dejo de perversión a través de las apps uso del celular, una casa de sepelios llevada al extremo de la ambición. Dato de color, si bien popularmente se conoce con otro nombre, Shroud es la palabra para hablar del Santo Sudario (The Shroud of Jesus). Creo que el título esconde algo también, esa manta que conserva su imagen y se vuelve prueba irrefutable de su existencia y producto de veneración. Conservar un ser querido en estos "shrouds" que vende la compañía puede ser una práctica de intenciones similares: sacralizar a quienes ya no están con nosotros en este plano. Aunque estoy convencido que más allá de este posible guiño poético, lo que más fuerza conseva para esta lectura es el dispositivo celular y nuestra relación con el mismo. 
Ah, una cosa más que pensaba mientras la veía, el posible diálogo entre las obras de Nicola Costantino y las películas de Cronenberg, caracterizadas en su mayoría por deformidades humanas y ese tipo de cosas. La serie de los pezones de Costantino o el jabón con su propia grasa podrían ser tranquilamente un personaje de Cronenberg. 
En fin, eso, peliculón. 



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